miércoles, 26 de enero de 2022

Mi amigo el chofer

    El colectivo es un transporte noble arruinado por los hijos de puta de los choferes. Yo amo ir viajando y escuchando música, hasta que me cruzo con un chofer pelotudo y todo mi disfrute se va a la mismísima mierda y me paso el resto del viaje intentando que no me salga humo de las orejas. Y acá es cuando te dicen uhh sí pero los choferes están re rotos las bolas de todo y sí, yo los entiendo, ¿pero qué necesidad hay de ser hijo de puta?


   El otro día llovía un montón y yo tenía que volver a mi casa en la peor línea del mundo después de la difunta 36, léase cualquier colectivo de Transportes La Perlita. Mi emoción al ver una unidad llegando rápidamente se esfumó cuando el chofer procedió a detenerse al lado de la parada, no sin antes asegurarse de habernos salpicado a todos los que estábamos esperando, y quedarse parado con las puertas cerradas y boludeando con el celular durante 20 minutos para hacer tiempo. POR QUÉ no hacés subir a la gente y después pelotudeás tranquilo con el celular?? Tanto disfrutás de la desgracia ajena??


   Me subo al colectivo y las dos personas de adelante mío pidieron el boleto indicando tarifa en vez de destino, y no hubo problema ni cuestionamientos. Sin embargo, cuando yo le digo "Hola, 18 pesos por favor" el chabón me dice "HASTA DÓNDE VAS MAMU?" haciendo que se me escape masa encefálica por los oídos. Le digo "diez cuadras antes de Padua", vacila un rato y me termina cobrando 18, como hacen absolutamente todos los choferes cuando les pido que me cobren 18 pesos.


   Cuando me levanto para bajarme y toco timbre, el chabón, que sigue conduciendo el colectivo a los re pedos, me grita "TE BAJÁS EN LA ESQUINA O EN LA OTRA CUADRA?" y yo le grito que en esta esquina. El tipo pega una frenada que casi me arroja a la puerta de ascenso y detiene el colectivo en medio de la calle inundada, por donde venía un auto que también frenó de repente para no chocar contra el bondi. El tipo NO ME ABRE LA PUERTA y me grita "tenías que bajar en la cuadra anterior, esta no es parada!".

Y ahí me saqué. Porque yo no soporto que un pelotudo me diga que una esquina en la cual toda la vida me tomé el mismo colectivo roñoso que está manejando en este momento y que tiene un poste con un cartel que dice PARADA con el logo de la empresa me diga QUE NO ES PARADA.

Y, en un acto que enorgullecería a mi madre, le grité también.

Le digo "flaco, es parada, hay un cartel, no va a dejar de ser parada porque vos lo digas". Unas viejas se ponen de mi lado y le dicen que sí, que esa esquina siempre fue parada. El idiota tiene EL TUPÉ de sobrarme y decirme "vos me dijiste que ibas hasta diez cuadras antes de Padua y eso era en la parada anterior".

Sentí que mi alma se iba de mi cuerpo y presenciaba cómo la lengua karateka de Moria Casán me poseía y le seguía respondiendo al chabón. Le dije "uy, te dije 10 cuadras y resulta que eran 9, qué ibas a hacer flaco? Cobrarme un peso más? Qué hacés con ese peso de más que me cobrabas si te decía 9 cuadras antes de Padua? Te lo quedás vos? Te hacés millonario? Entonces me hubieses dicho que me baje en la parada anterior en vez de sobrarme ahora, esperame tranqui que ahora voy y te doy el peso que te debo por pasarme una cuadra, perdón, una cuadra y media, porque me estás bajando en medio de la calle".


   Me abrió la puerta y me bajó en medio del agua, me mojé las zapatillas y casi me pisan el auto que casi lo choca y otros dos que venían atrás del bondi y que iban a doblar para el lado que estaba yo. A este también, si yo fuera Dios, lo mataría.


viernes, 14 de enero de 2022

    Una vez mi amigo, en un momento en el que estaba harto de la gente con la que trabajaba, me dijo esta frase: "te juro que, si yo fuera Dios, los mataría". Primero me reí dos horas, y después la vida misma me llevó a pasar determinadas situaciones que me hicieron sentir esta frase con toda mi alma, porque yo también estoy harta.


   Ahora que soy una adulta (lo soy hace algunos años, sólo que la boludez hace que uno no se autoperciba como adulto) tengo una vida laboral de la que podría hablar un montón si mi trabajo se diera en una situación normal, en un espacio físico compartido con personas. La verdad es que empecé a trabajar en un estudio contable durante la pandemia, encerrada en mi casa como una rata, intentado recordar las 2 clases sobre excel que tuve en la secundaria antes de que, intentando darnos una lección moral, nos hicieran trabajar el resto del año con videos sobre compañerismo hechos en Movie Maker con gifs de los minions. 


   Contexto: el estudio trabaja con varias empresas y hay una en particular que yo odio. Por motivos de practicidad, vamos a llamarla Pelotudos S.A

A principio de mes, yo tengo que pasar a un sistema las compras y ventas que realizaron las empresas durante todo el mes anterior. Con lo que más tardo son las compras, porque es normal que compren más de lo que venden. Las empresas que no tienen tantas facturas suelen mandarlas en pdf, pero Pelotudos S.A. tiene como 300 compras cada mes y mandan una planilla de excel en la cual están los datos que necesito para ingresarlas al sistema. Lo bueno de esta planilla es que la puedo importar, y lo malo es que estoy más o menos un día entero arreglándola para que todas las cosas estén bien y recién ahí poder importarla, y después perder otro día controlando que todo se haya importado bien porque NUNCA SE IMPORTA TODO BIEN.


   Siempre tuve problemas con esta empresa, y ellos no lo saben porque no tienen la más puta idea de quién se encarga de pasar las facturas, ni tampoco saben de mi existencia porque jamás toqué la oficina, así que ni siquiera puedo decir orgullosamente que es un odio recíproco. Suelen mandar la planilla con errores, importes que no coinciden, datos mal escritos, boludeces así que a mí me costaba entender y arreglar al principio, cuando no entendía absolutamente nada de nada. Con el tiempo los empecé a entender y cada vez me costaba menos encontrar los errores y arreglarlos. Hasta que sucedió un acontecimiento tremendo.


   Pelotudos S.A. tuvo la maravillosa idea de incorporar una contadora. O sea, le están pagando mucho a un estudio contable que se encarga de la contabilidad de su empresa hace años y además le pagan a una contadora propia para que haga ¿¿¿¿qué???? No lo sabemos. El tema es que, a partir de su incorporación, la contadora (que firma sus mails como DOCTORA y no es doctora) se encarga de cosas como el armado de la planilla con compras, por ejemplo. Al principio yo pensé bueno, ahora que la arma alguien que entiende lo mucho que te retrasa que esté mal hecha seguro no tiene tantos errores. Me equivoqué.


   Una vez llegó la planilla, que siempre que me llega al mail me agarro la cabeza y rezo un padrenuestro, y tenía tantas cosas como el orto que no la podía terminar de arreglar y sólo quería morir en mi sueño para no tener que despertarme al día siguiente y seguir viendo qué estaba mal. Cuit mal escritos, importes en columnas que no iban, totales que no coincidían, impuestos que no existían, facturas repetidas, 50 facturas mal cobradas con 50 notas de crédito para compensar la diferencia, TODO LO QUE PODÍA ESTAR MAL ESTABA MAL.


   El mes pasado me pudrí y escribí un mail enumerando lo más amablemente posible las cosas que podían chequear y mejorar al mes siguiente para no complicarme tanto la vida. Como yo soy un ente trabajando en este estudio, al mail lo copió mi jefa, lo modificó un poco y lo mandó a Pelotudos S.A. como si lo hubiese escrito ella para que le dieran pelota. A este mail lo respondió la contadora, no, perdón, LA DOCTORA, y su justificación fue que "son errores humanos, porque errar es humano y es normal por la cantidad de facturas que tenemos que mandarles" y que, como a partir de 2022 iban a pasar las facturas desde la empresa, no nos preocupemos porque el mes siguiente sería el último que pasaríamos sus facturas mugrosas.

Este mes me llegó el bendito excel con sus facturas, en el cual ignoró completamente todo lo que le pedí que corrigiera y volvió a hacerla como se le cantó el orto.


   Juro que, si yo fuera Dios, la mataría.