miércoles, 21 de junio de 2023

Capitalienses

    La gente de Capital a veces me es extraña. Los porteños, pero yo les digo capitalienses, porque al término se lo robé a alguien y después me quedó. Son como los latinoamericanos: nos entendemos entre todos, hablamos el mismo idioma (casi todos) pero pensamos y vivimos las cosas de manera diferente.


   Ahora, hay diferentes maneras de ser capitaliense. Podés haber nacido en Capital pero haber vivido la mayor parte de tu vida en Provincia, entonces, no te identificás como capitaliense sino que como bonaerense. Ese es mi caso, por lo tanto, que me digan que soy capitaliense es un insulto muy grande hacia mi persona. Capaz es medio ladri, como los yanquis que dicen ser latinos porque el tatarabuelo era mexicano pero sólo apelan a esa pseudo-latinidad para flashear ser oprimidos. Pero creo que lo mío es menos ladri, porque tengo vivencias bonaerenses y, por más que mi acta de nacimiento diga que soy capitaliense, en mi corazón nunca lo seré, escupo el suelo de la patria que me vio nacer.

También podés ser bonaerense, que esté en tu acta de nacimiento, haber vivido y crecido en Provincia, pero en un momento de tu vida haberte mudado a Capital e iniciar una metamorfosis hasta porteñizarte parcial o totalmente. Capitaliense de alma, no de piel. Por ejemplo, si residís en Capital y progresivamente te empieza a parecer muy lejos tener que tomarte un colectivo o un subte (ni hablemos de un tren) para ir a otro lado, te informo que ese es solamente el inicio de la metamorfosis.

Otro caso es ser capitaliense pero de las zonas menos capitalienses de la Capital, como Liniers o Lugano, que la gente olvida que son parte de ese territorio entonces si les decís "soy de Liniers" dudan de tu gentilicio. Y ahí depende de con quiénes sentís que resuena más tu corazón; para mí si el tren Sarmiento atraviesa tu localidad sos un hermano bonaerense pero de todos modos depende totalmente de cada persona.


   Si bien soy una orgullosa habitante del conurbano bonaerense, paso mucho tiempo en Capital. Sospecho que estoy más rodeada de bonaerenses que de capitalienses, más que nada porque los últimos son muy evidentes en los comportamientos que despliegan no sólo en sus hábitats naturales (por ejemplo, Palermo) sino en todos lados. No sólo se ponen en evidencia, sino que creen que están bien, incluso que son mejores que todos aquellos que los rodean. Por ejemplo, cuando vas a un recital y atrás tuyo hay un grupo de pelotudos debatiendo entre ellos en medio de una canción "esto es rock nacional? Noo, esto es indie. Mmm pero no son tan indies si van a grabar al exterior. Pero nacional es, si son argentinos. Pero el rock nacional suena más a Soda o Los Redondos o..." sin dejarte escuchar la canción y, cuando alguien los calla, se ríen y le hacen burla el resto del recital, es fija que son capitalienses: sólo ellos pueden creer que a todos nos interesa más las boludeces que están diciendo que escuchar a la banda que pagamos por ir a escuchar. Si el que los calló los amenazó con cagarlos a trompadas, es hermano mío. 

Otro ejemplo: si en un bar alguien pide un flat white en vez de un CORTADO, es capitaliense o simplemente un tilingo con aires de cheto, que es algo peor. 

 

   Una manera fácil de reconocer a un capitaliense es esperar a que exprese algo que evidencie lo desconectado de la realidad que está, esto suele suceder rápidamente. Una vez me tocó ver la historia de una emprendedora en Instagram hablándole a la cámara y diciendo que si pensamos todo el tiempo en lo pobres que somos, nos autosaboteamos y reforzamos ser víctimas, entonces tenemos que pensar positivamente para cambiar el destino. Se recontra regaló, es increíble: imparten su ignorancia gratuitamente como si nos hicieran un favor, creyendo que es sabiduría.


   Tal vez sueno como una forra igual lo soy, pero tengo amigos capitalienses (el clásico "tengo amigos negros", "tengo amigos gays"). Yo los quiero mucho, pero es evidente que nuestras vivencias no son las mismas. Para empezar, el capitaliense que viene a verte a Provincia es una especie única y en peligro de extinción. La mayoría piensa que la General Paz es la franja de Gaza y que una vez que la cruzás la única forma de volver es en un ataúd. ¿Ven mucho el noticiero? ¿Realmente creen que su ciudad es más segura? A John Lennon no lo mataron en Morón, pero bueno. 

Una situación que me marcó fue la primera vez que una amistad capitaliense me vino a visitar a mi ciudad, básicamente porque me hinché las pelotas de en 10 años ser yo la única que se tenía que movilizar sino no nos veíamos nunca, y vino sin el celular PORQUE LE DABA MIEDO. Y VIVEN ROBANDO EN LA VEREDA DE SU CASA!!!!!

 

   Otra cosa: realmente creen, o se autoconvencen, de que ahí todo es avanzado; que acá somos unos monos que nos cagamos a tiros, o que vivimos en ranchos de techo de paja, nos transportamos en burro y no tenemos internet. Y hay cosas muy básicas que yo no entiendo si son boludos o eligen ignorar. En Capital, por donde yo trabajo, el olor a mugre es insoportable. Los containers están tirados en medio de la vereda, abiertos, emanando olor, abrís uno para tirar algo y lo más tranqui que ves es una rata cebándote un mate. El piso está pegajoso, caminás y sentís que se te quedan pegadas las suelas de los zapatos, pasen la hidrolavadora por dios! En Ituzaingó por lo menos todas las casas tienen su tacho de basura en la vereda, a la noche sacás las bolsas y pasa el camión en un horario determinado y se lleva todo, no hay olor a basura o si lo hay es por un período limitado.


   Por último, para el capitaliense todo es lejos. No viene a Provincia porque es lejos, y porque le van a robar, aunque Constitución sea parte de su territorio. Tener que combinar un subte les parece un montón, si tienen que viajar media hora en colectivo la piensan porque les queda re lejos, y si no viven cerca de una estación de tren olvidate, el tren directamente para ellos no existe. El bonaerense tiene que hacer el mismo viaje que el capitaliense para ir a verlo, Y LO HACE. Al bonaerense le queda todo a más de una hora de viaje, posiblemente a por lo menos una combinación de transporte, y muy probablemente a veces el recorrido de cabecera a cabecera de un medio de transporte ni siquiera lo deje en su destino final. Pero a esa hora o más de viaje ya la tiene incorporada en su sistema, porque sabe que el mundo gira en torno a Capital, lamentablemente. A las horas que pierde de viaje, hacia el final de su vida, dios se las devolverá a modo de recompensa, ejecutando así la justicia divina bonaerense. Porque si dios es bueno, para mí, entonces es bonaerense y bostero.


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