lunes, 24 de mayo de 2021

Hola

 Debo tener bajo mi poder 10 o más blogs cuya existencia olvidé hasta que, al entrar a blogger, me reencontré con ellos. Escribo desde hace mucho y he tenido seguidores en mis blogs de la pubertad y la adolescencia, pero me da vergüenza seguir volviendo ahí cada tanto y que queden entremezclados posts de cuando mis problemas eran la profesora de educación física de 2do año con otros de cuando volvía llorando de la facultad después de desaprobar un final. Tuve un par de blogs con lectores, y muchos otros que nadie conoció, todos hechos con distintos mails y seudónimos para preservar el misterio; con un contenido más poético/depresivo y que justamente oculté pensando "no sé si quiero que me conozcan TANTO"  


Cuando era pibita, escribía sobre mi vida cotidiana. Y era divertido. Volvía de la escuela con ganas de escribir sobre ese compañero boludo que vivía intentando llamar la atención, o me quejaba de las veces que salía medio obligada de mi caparazón para interactuar con personas en situaciones horribles; pero me reía mucho escribiendo. De chica quería ser escritora (uno de mis tantos sueños frustrados), y escribir blogs fue lo más cercano que tuve a eso. El tiempo que no escribí en internet lo hice en diarios íntimos, con instrucciones de ser incendiados en caso de que mi vida llegue inesperadamente a su fin, así que la mayor parte de mi vida está registrada y dispersa por ahí. 


¿Para qué o quién escribo? Nadie lee blogs hoy, o tal vez unos pocos nostálgicos; el presente son los influencers, los canjes, meterse en puterío, cancelar y descancelar personajes. Yo no sirvo para eso, me gustan las palabras pero me cuesta mucho hablar y mostrar mi cara, y saber que los demás me ven. Tal vez escribo para mí. Y está bien. 


Mi gran desafío es tener constancia. Cada tanto me deprimo, me olvido de las cosas que me gustaba hacer e intento distraerme mirando Floggers TV para pasar el rato sin pensar. Ahora se viene el fin del mundo y estamos encerrados, nada tiene mucho sentido; pero espero poder volver a lo que consideraba cotidiano (como viajar en el tren pegada a la axila de alguien o al lado de niños que te arrojan migas de galletitas) para tener algo de qué quejarme, que es mi motor para escribir, porque quejarse le da sentido a nuestras vidas.


¿Cuánto tiempo duraré con este blog? No lo sé. Espero que sea bastante, como aquellos blogs de mis años mozos. Siempre me es difícil empezar de nuevo, porque sigo siendo la misma boluda; de hecho ahora me siento una boluda y me digo A QUIÉN LE ESTÁS HABLANDO, PEDAZO DE FANTASMA. Pero bueno, hay cosas que no cambian. Como la boludez y compartir cosas con la interné.


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