miércoles, 26 de mayo de 2021

Sed de atención

 La gente que llama la atención está presente en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Al ser una persona introvertida cuyo mayor sueño siempre fue el poder ser invisible, la necesidad que tienen algunas personas de ser observadas por los demás es algo que va más allá de mis capacidades comprensivas. Mi idea para este post es describir a este tipo de personas (en su mayoría insoportables), por lo menos las que pasaron por mi vida.


Cohete en el orto: siete de la mañana, el aula está tranquila y de repente entra este ser, este ser detestable que necesita gritar para existir. El profesor todavía no llega, todo está en silencio, todos los pibes estamos dormitando sobre nuestras mochilas. 

Y llega anunciando:

"LA CONCHA DE LA LORA TENGO SUEÑOOOO"

Y uno piensa "a quién carajo le importa??", pero para esta persona es importante que todo el mundo sepa que tiene sueño. Una amiga le dice callate boluda, ante lo cual Cohete en el orto responde CERRA EL ORTO VOS WACHA.

Y así pasan los días de convivencia forzosa con este espécimen, que se ve motivado a gritar para llevar a cabo la comunicación básica humana, aunque no sea necesario. También puede realizar otras acciones, tales como discutir con profesores porque la cambian de asiento para que se calle y pararse a zapatear sobre las mesas.


Lo sé todo: este es el tipo de persona que hizo TODO en la vida y se la pasa corrigiendo a los demás, porque sabe todo. Desde la formación del equipo de 1974 de Peñarol hasta qué quiso decir exactamente Marx en El capital (conocimiento clave para tener debates que a todos les chupan un huevo con el profesor en medio de la clase), esta persona tiene tal cantidad de conocimientos almacenados en su cerebro que su cabeza es más grande que la del ser humano promedio, producto del crecimiento de su cerebro, que late cada vez que intenta recordar algo para generar discusión. 

No importa que Lo sé todo sea un pibito de 19 años cursando Semiología por primera vez en su vida: ya que su cerebro creció por leer posts de curiosidades en Taringa a los 11 años, mira hacia abajo al discutirle al profesor que está equivocado al decir qué es lo que significa el signo para Saussure, todo desde su pedestal de superioridad imaginario.


Payaso: el Payaso es el típico ser que, si no hace un chiste o comentario gracioso en todo momento, se marchita y muere como la planta que te olvidaste de poner al sol. Su fotosíntesis es generar risas, pero por lo general genera un "ja" minúsculo, que pronuncia alguien por lástima para que su esfuerzo no pase sin pena ni gloria. Es que, para él, no existe ocasión que no pueda ser mejorada por algún comentario suyo; ya sea que se esté hablando del holocausto o de tu infancia en Siria. 


Sacrificio: este es el tipo de persona que te va a contar una y mil veces todos los sacrificios que hace día a día para vivir. Empieza de a poco, contando cómo le cuesta a veces estar presente en las clases porque se le superponen los horarios, pero progresivamente va escalando hasta llegar al punto en que 150 desconocidos conocen más de su vida que de la materia que están estudiando. Primero te enterás que su marido no ayuda con nada en la casa (cuestión que introdujo oportunamente cuando se discutía un tema relacionado en la clase), después que tiene dos trabajos porque su marido parásito tampoco trabaja, lo cual le dificulta estudiar; a los dos días sabés toda su vida y la de su familia extendida. A pesar de haber mencionado 50 veces que tiene hijos, considera que es necesario decir "porque yo soy mamá..." cada vez que participa, por si alguien de casualidad no la escuchó. Y, si por casualidad lo olvidaste, también aparece en las videollamadas con la cámara apuntando hacia el cochecito del nene que está al lado suyo jugando mientras toma apuntes.


Complejo de influencer: esta gente surgió gracias a las redes sociales, lo cual es un punto en contra para todas. Se levantan y comparten una foto del matecocido con pan quemado que están desayunando, que yo no te digo que no hagas un par de veces, porque la felicidad y el deseo de compartirla también pueden estar en ese matecocido; pero estas personas lo hacen TODOS los días, para sus 107 seguidores. A lo largo de la jornada, suben a instagram historias hablándole a la nada sobre cómo el tren venía lleno, la fila del supermercado era muy larga, el regalo de cumpleaños que le piensan comprar a la tía Pochola o cómo todas las personas que la rodean le tienen envidia y le quieren hacer daño. En el medio van intercaladas imágenes de NO SABÍA QUÉ PONERME Y ME PUSE FELIZ!!! y LEVANTA LA CABEZA REINA QUE SE TE CAE LA CORONA. Antes de dormir, va  la obligatoria foto en tanga diciendo buenas noches.


Conclusión:

Los odio.


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